La Rioja estaba de antes. No se llamaba La Rioja, pero era. Con nombres áridos y sedientos, con ardor de soles e imponencia de cerros, con noches plateadas de Luna y estrellas. Ya erámos, en la sangre indígena, porfiada y callada, siempre entera y sublevada de amor por la madre tierra, silenciosa y paciente, siempre acogedora y cálida. Cacán era el sonido, que susurraba vientos, memorias y tragedias, también cantos de esperanza y de siembras, como lamentos de sueños vencidos, con gritos rebeldes apagados por codicia.
Así nació su nombre, importado e impuesto, pero nombre que nos cobija, a pesar de los pesares de su origen. El 20 de mayo de 1591, no empezó lo que ya estaba, pero dejó su marca. Otros nombres comenzaron a tener sonidos y los anteriores quedaron silenciados, pero no muertos, solo agazapados balbuceando. La Rioja estaba de antes, pero estuvo entonces, como está ahora y albeará mañana. Alli está de pie, a veces cansada, nunca doblegada. Alli está, rasguñando en su áridez, la sed y el agua. Alli está, no resignada, esculpiendo en su vientre de piedra, la justicia largamente esperada.
Colaboración de Pocho Brizuela
El Foro Federal de Consejos de la Magistratura y Jurados de Enjuiciamiento de la República Argentina y la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina invitan a los/as interesados/as a participar de la capacitación en género y violencia contra la mujer, que se llevará a cabo los días 17 y 24 de junio de 17 a 19 horas, a través de la plataforma Zoom.
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