TRES FUNCIONARIO RIOJANOS SE CERTIFICARON EN DIPLOMATURA EN GENERO MEDIANTE LA CSJN Y AMJA.

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Con un imponente marco tres Funcionarios judiciales de la provincia de La Rioja recibieron su certificado de Diplomados en Género.

El jueves 30 de junio tuvo lugar la entrega de Certificados a los Diplomados en Violencia de Género de la primera Diplomatura desarrollada en forma Conjunta por la Oficina de Violencia de Género de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la Asociación de Mujeres Juezas Argentinas (A.M.J.A.).

En dicha oportunidad recibieron sus diplomas las Dras. Edith Agüero, jueza de la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional de la Primera Circunscripción Judicial; la Dra. Gabriela Núñez Lanzillotto, Secretaria Administrativa del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja y el Dr. Ariel Bacco, Secretario Penal del mismo Tribunal Superior.

De dicho evento participaron: el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y del Consejo de la Magistratura de la Nación, Horacio Rosatti; el vicepresidente del Máximo Tribunal, Carlos Rosenkrantz; el ministro decano, Juan Carlos Maqueda; el ministro Ricardo Lorenzetti; la presidenta de la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia (Ju.Fe.Jus.), María del Carmen Battaini; la presidenta de la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina (AMJA), Aída Tarditti, y su directora ejecutiva, Susana Medina, quienes encabezaron el acto de entrega de certificados de la primera promoción de la Diplomatura Judicial en Género de la Justicia Argentina. Todos ellos acompañar a los y las 71 magistradas/os y funcionarias/os de todas las jurisdicciones del país que se graduaron.

El Dr. Rosatti describió las múltiples perspectivas que implica el abordaje de la problemática en cuestión, la cual requiere, señaló, de acciones complementarias en los planos institucional, conductual y funcional. Tras celebrar el hecho de que todas las jurisdicciones, así como el Consejo de la Magistratura Nacional, estuvieran representados en el acto, subrayó que la incorporación de la perspectiva de género constituye un desafío transversal a todos los estamentos de la justicia.

En lo que hace al primero de los ejes, Rosatti valoró el trabajo que, de manera articulada, se lleva adelante “para reunir datos y tener un diagnóstico más preciso tendiente a modificar una situación que requiere, inexorablemente, de nuestra decisión política para transformarla: el ‘techo de cristal’, que plantea limitaciones conforme avanza la carrera judicial para las mujeres”. 

“Comparto la Corte con ministros que tienen sensibilidad en este tema”, dijo Rosatti, y destacó en tal sentido la figura de Juan Carlos Maqueda. “Con él tuve el honor de compartir la Convención Constituyente de 1994, cuando se incorporaron cláusulas que permitieron acceder a un orden jurídico internacional que planteaba reivindicaciones igualitarias” en esta materia, recordó. También homenajeó a las exministras del tribunal Carmen Argibay y Elena Highton, “pioneras en la reivindicación de esta perspectiva, sin cuya vocación probablemente no estaríamos hoy aquí”. Además, mencionó la modificación reglamentaria que, desde 2019, exige incorporar al menos una mujer en las ternas para la designación de magistrados/as, y llamó a “ensanchar este criterio” para que sea un requisito “de mínima, y no de máxima”.  

Hablar solamente de la equidad de género en la integración de los tribunales y los equipos de trabajo “sería agotar la discusión en cuestiones institucionales”, agregó Rosatti. “En el producto de nuestra actividad, que son las sentencias, tenemos que comprender y aplicar la sensibilidad propia de la perspectiva de género: sobre esto también asumimos un fuerte compromiso”.

En cuanto al aspecto conductual, reconoció que subsisten, al interior del Poder Judicial, “costumbres arraigadas que se traducen en relaciones de poder” donde no se contempla la búsqueda de un buen clima laboral considerando la perspectiva de género. “Son conductas que hay que cambiar en la relación intersubjetiva y laboral”, afirmó, y dijo que en tal sentido apunta uno de los convenios firmados durante el encuentro.

“Esta diplomatura, con los contenidos actuales y otros que serán incorporados como producto de esta experiencia, está dirigida a magistrados y magistradas, pero también a funcionarios/as y secretarios/as letrados/as, que son quienes van moldeando las decisiones judiciales: queremos que esto permee en profundidad al interior de todo el Poder Judicial”, concluyó Rosatti. 

La Dra Battaini, en tanto, reivindicó el aporte de la diplomatura a la tarea de “capacitarnos para reconocernos en acciones positivas, de comprensión, de entendimiento y sobre todo, en épocas tan complejas, de prudencia y equilibrio”.

La Dra Tarditti, por su parte, hizo hincapié en la importancia de afianzar la formación de género no solo entre magistrados/as, sino también hacia funcionarios/as y jueces y juezas de paz. 

Por su parte, Gabriela Pastorino, de la Oficina de la Mujer, repasó la evolución de las capacitaciones institucionales sobre esta temática y expresó: “Era hora de dar un paso más, y este diplomado es la respuesta: un curso dictado por el Poder Judicial para el Poder Judicial”. Además, anticipó que se trabajará en un nuevo proyecto en articulación con la unidad de Derechos Humanos, Trata de Personas, Lesa Humanidad y Género del Consejo de la Magistratura, para investigar cuantitativa y cualitativamente la problemática del “techo de cristal”.

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